La saga de Las abejas de Malia continúa. Con Vidya Castrexa, acompañaremos a los tres personajes principales en su huida por una Hispania celtíbera bien documentada, pero a la que escasamente se nos ha invitado, como lectores de novela narrativa, para conocer mejor su cultura.
En Vidya Castrexa viviremos una apasionante inmersión entre las gentes celtíberas, celtas y castrexas que habitaron España. Dichos pueblos nos sorprenderán y conmoverán con su peculiar Hospitium, entre otras cualidades loables de una civilización cuya fama no ha hecho justicia a la verdad.
En esta segunda parte de Las abejas de Malia, el número de personajes que nos cautivarán se multiplica, llevándonos a una familiarización intensa con los celtas y a una fascinación por su mundo.
Como en El maestro griego, el devenir de Iris (anteriormente Enio) se simultanea con los de su descendiente contemporánea, Iliana, en una comparativa peculiar de situaciones que nos lleva a valiosas conclusiones. Igualmente, conoceremos el desenlace final de Escipión Emiliano, el numantino, en Roma.
La magia latente en los bosques y castros gallegos nos hará disfrutar y estremecernos especialmente, siguiendo las huellas de algunas de sus leyendas. Todo ello gracias a un extenso despliegue de mitología y costumbres, basado en una extensa bibliografía documental y una exhaustiva recopilación personal en el mismo castro donde tiene lugar la trama, así como en el museo que lo gestiona.
Seguramente, por fin, tenemos en Vidya Castrexa la primera novela que ofrece un viaje apasionante por la cultura celta y castreña de nuestros ancestros, acompañando a Enio en una nueva aventura llena de enigmas y alguna que otra sorpresa muy destacables.