-Buenas tardes, señores pasajeros. Éste es el vuelo 102 de Cubana de Aviación, con destino a Miami.
No vi quién lo decía y a mí nadie me dice “señor”, pero de todos modos contesté:
-Buenas tardes.
Mi hermano se echó a reír y dijo:
-¡Cretino!
Entonces se encendieron unas lucecitas rojas en las alas del avión y la voz dijo:
-Señores pasajeros, por favor, abróchense el cinturón de seguridad.
Así empieza la aventura de Kike y Toni cuando dejan su patria camino de un país desconocido.