Poemario finalista del premio Asterión.
Estos poemas recogen el testimonio real de una presa que pasó trece años en prisión, la mayor parte en celdas de aislamiento, mientras la democracia llegaba a la madurez y alardeaba de vestuario. Su intensa y cruda historia, sacudida por la tensión poética y un lirismo que subraya la emoción en estos versos, nos revela lo que ocurre en ese paréntesis de la vida, de la ética y del sistema que constituyen las cárceles. Torturas, huelgas de hambre, vejaciones pero también insumisión, apoyo mutuo y sororidad recorren estas páginas. Y tejen, finalmente, un profundo canto a la dignidad y una lección de resistencia de quienes no bajan la mirada a pesar de los barrotes.