El trabajo de los espías es como un ajedrez en el que las potencias intentan conseguir la supremacía mundial y ellos son los peones en este peligroso juego. En ocasiones las jugadas son tan enrevesadas que «rizan el rizo».
Como el juez del ajedrez, el enfrentamiento entre los servicios secretos internacionales requiere una facultad de previsión extraordinaria y el instinto de un Maquiavelo. La maraña se produce cuando ninguno de los contendientes puede valorar la importancia de una presa, constituye el fondo de esta hábil e irónica novela de Robert Litell, que describe la rivalidad entre los Estados Unidos y la Unión Soviética.
